
El Liverpool, vigente campeón, no falló y certificó su clasificación para los octavos de final de la Liga de Campeones como líder del grupo E, tras imponerse ayer por 0-2 en su visita al Salzburgo en un frenético encuentro en el que los de Jürgen Klopp impusieron su contundencia en las dos áreas.
Si el conjunto inglés es "rock and roll", el Salzburgo del estadounidense Jesse Marsch es puro "speed metal", como se encargó de demostrar el conjunto austríaco con una impetuosa puesta en escena que le permitió firmar dos peligrosas aproximaciones antes de cumplirse los tres primeros minutos de juego.
El centro del campo no tardó en convertirse en un mero lugar de paso para las constantes acometidas de ambos equipos, que buscaron llegar una y otra vez al área en el menor tiempo posible.
Si el portero Cican Stankovic atajo todo en el primer tiempo a Liverpool, en el segundo no pudo evitar el gol de Keita, que firmó a los 57 minutos el 0-1 al rematar de cabeza un centro de Mané.