Al menos 23 personas fueron atendidas en hospitales de Río de Janeiro luego de que la fiesta de la conquista de la Copa Libertadores por el Flamengo terminó en un enfrentamiento entre fanáticos y policías, que emplearon gases lacrimógenos.
Durante la confusión, fueron destruidos algunos autobuses por desconocidos que se enfrentaron con palos y piedras a los uniformados.
El Sistema Municipal de Salud informó en un comunicado que hubo "víctimas de agresión, caídas, impactadas por balas de goma, gas lacrimógeno o espray de pimienta", como consecuencia de los disturbios.
Unas 23 personas, incluidas niños, recibieron atención, informó Globonews, aunque las versiones descartaron que tuvieran heridas de gravedad.