El Atlético de Madrid irrumpió con toda la ambición, la voracidad y la insistencia del mundo en el liderato de LaLiga Santander, realzado por la épica de una remontada de dos goles en contra frente al Eibar (3-2), que culminó en el minuto 90 Thomas Partey para completar la rebelión iniciada por Joao Félix y Vitolo.
Como tantos partidos así, de tanta emoción, el equipo rojiblanco acabó en su área, defendiendo una victoria cuyo valor es incalculable, porque tenía el partido perdido a los 18', con dos goles en contra, y porque se sobrepuso la fe de los jugadores.
El Atlético tiene algo que no tenía antes. Ni Antoine Griezmann garantizaba tanto en el último lustro lo que sí, por lo menos hasta ahora, expone Joao Félix: una condición decisiva sea cual sea el panorama a su alrededor, juegue como juegue su equipo, esté enfrente al rival que sea o incluso haya contactado con el balón poco o nada.