
Las semifinales perfectas, que midieron en Roland Garros a los cuatro mejores del ranking, no se tradujeron en la final perfecta. El número uno, el serbio Novak Djokovic, cayó ante el 4, el austríaco Dominic Thiem, que demostró su capacidad de elevar su nivel en arcilla y desafiará hoy, domingo, al español Rafael Nadal, once veces ganador en París.
Lo hizo al término de una semifinal épica, marcada por las condiciones de la tierra batida, pero también del cielo, la lluvia que obligó a tres suspensiones, una de ellas tan larga que extendió el partido a dos días, para terminar, en cinco sets, 6-2, 3-6, 7-5, 5-7 y 7-5.
A sus 25 años, Thiem se apuntó un triunfo de mérito, logrado ante el mejor tenista del momento, su primera victoria a cinco sets en Roland Garros, torneo en el que en los últimos cuatro años ha alcanzado, al menos, las semifinales.
Era el Ringo Starr entre los tres tenistas más laureados de la historia, el convidado de piedra entre tres jugadores que acumulan 52 grandes.
Aunque estuvo siempre con ventaja, no dejó el austríaco de sentir la amenaza del serbio, crispado e incómodo por el viento, pero al acecho desde su condición de número uno. Al borde del abismo en varias ocasiones, Djokovic regresó con más fuerza tras cada uno de los parones por la lluvia, lo que hacía tambalearse la moral de Thiem.