EFE• Moscú.- A los dos les valía el empate para preservar sus ganancias, para Francia el liderazgo del grupo C, para Dinamarca la cuarta clasificación de su historia para octavos de final, en un partido marcado por la apatía que se cerró con el primer 0-0 del Mundial de Rusia.
Hacía falta un cálculo tan mezquino para que un Mundial que había sido divertido viviera un duelo tan monótono, sin ocasiones, sin polémicas, sin VAR, sin espectáculo, sin historias que contar, una nada jaleada por gargantas durante 90 minutos y sonoramente pitada cuando acabó el tiempo.
Didier Deschamps, el día que igualaba a Raymond Domenech como seleccionador con más partidos en el banquillo "bleu", llenó su equipo de cambios pero no logró enjugar la mala imagen que había dado en los dos primeros encuentros.
Los duelos contra Dinamarca se han convertido en un hábito para Francia en los últimos Mundiales, además de un termómetro de su estado.
En 1998, en su propio territorio, los de Aime Jacquet lograron una trabajada victoria en el camino hacia su primer Mundial. Cuatro años más tarde, Dinamarca ganó 2-0 en Corea del Sur a una defensora del título en plena descomposición y certificaron así su eliminación a las primeras de cambio.