
La aparición de Denis Suárez en la segunda parte del Getafe-Barcelona, tras sustituir a Andrés Iniesta, empujó al conjunto azulgrana hacia la victoria (1-2) en un choque marcado por el golazo del japonés Gaku Shibasaki que no pudo evitar que su rival asentara su liderato en la Liga.
La exhibición del Barcelona, sobre todo de Lionel Messi ante el Juventus en Liga de Campeones el pasado martes, presagiaba problemas para el equipo de José Bordalás, eufórico después de ganar al Leganés hace una semana en el primer derbi de la historia que disputaron ambos clubes en Primera División.
Ninguno de los dos equipos tenía nada que cambiar. Cuando todo funciona, es mejor no tocar nada. Por eso, Ernesto Valverde solo retocó el once con la salida del portugués Nélson Semedo y la entrada de Sergi Roberto en el lateral derecho. Mientras, el Getafe saltó al césped con los mismos jugadores que vencieron en Butarque. Bordalás, incluso, repitió el mismo banquillo.
Todo eso era previsible. Solo había inquietud por conocer la táctica del Getafe. El jueves, el togolés Djené Dakonam dijo que esperarían al Barcelona atrás para salir al contragolpe. El viernes, Jorge Molina afirmó todo lo contrario, que presionarían a su rival para tener el balón.