
Real Madrid dio el penúltimo paso hacia el desafío de su duodécima Copa de Europa, desbordado, asustado y tembloroso con un 2-0 del Atlético de Madrid en 16 minutos, pero resolutivo y eficaz después, al borde del descanso, para frustrar el más que creíble ímpetu de remontada y el enorme inicio rojiblanco.
Real Madrid estará el próximo 3 de junio en la final de Cardiff frente a Juventus, porque encontró a Karim Benzema y un gol definitivo de Isco Alarcón en el minuto 42; el Atlético se quedó en las semifinales, otra vez ante su “eterno” rival, pero con un mérito incalculable, capaz de expresar en el campo una gesta incompleta.
Porque hubo eliminatoria durante 42 minutos del duelo de vuelta. Ni siquiera el 3-0 en contra de hace una semana apagó la fe del Atlético, un equipo que, demostrado está, no desiste nunca, ni ante el reto más difícil. Ni este miércoles frente a algo que a la postre fue imposible, pero pareció posible casi todo el primer tiempo.
En un cuarto de hora, ya había logrado quizá mucho más de lo creíble para muchos en un enfrentamiento de tales características.