
Después de pulverizar varios récords con el Barcelona, Lionel Messi sigue rompiendo registros con la selección argentina, de la que ya es el máximo goleador histórico con 55 tantos, uno más que Gabriel Batistuta.
Y el gol que lo metió en la historia de la Albiceleste no fue uno cualquiera. Fue un espectacular lanzamiento de falta contra Estados Unidos en la semifinal de la Copa América Centenario con la firma Messi estampada.
Un obús que entró por la escuadra del palo que defendía Brad Guzán, un armario de 1,93 metros de altura que vio como el esférico descendía a una velocidad endemoniada ante el delirio de los hinchas en el “NRG Stadium” de Houston.
Messi ha necesitado 111 partidos para anotar 55 goles. Batistuta, un “9” de área puro, fue más afectivo y logró sus 54 dianas en 77 encuentros.