
El Barcelona despidió la primera vuelta de la Liga -a la espera de disputar el partido aplazado con el Sporting- como líder provisional de la competición, después de golear ayer al Granada (4-0) con un triplete de Leo Messi y otro tanto de Neymar.
Fue un partido enormemente plácido para los azulgranas, un oasis en mitad de los derbis de alto voltaje que ha tenido que librar con el Espanyol y cuyo tercer acto se vivirá el próximo miércoles, en Cornellà-El Prat, en la vuelta de los octavos de final de la Copa del Rey.
No salió el Granada a esperar al Barza, tampoco a buscarlo, y pagó esa indefinición táctica y su falta de convicción para soñar con hacer algo grande en el Camp Nou.
José Ramón Sandoval armó una defensa adelantada de cinco hombres y, con el equipo andaluz partido por el medio campo, los azulgranas jugaron a placer desde el pitido inicial.
Aún no se había llegado al cuarto de hora y Messi ya ha había firmado un doblete.