En la Misa Crismal, realizada el Martes Santo, el obispo de la Diócesis de Potosí, Renán Aguilera, invocó a la unidad de los sacerdotes con el pueblo, más aún en la actualidad cuando las familias atraviesan situaciones difíciles por la crisis económica, en un contexto de elecciones.
“En medio de esta realidad tan complicada—sobre todo que estamos viviendo en Bolivia sobre todo en nuestro Potosí—cuando se siembra la división por todos lados, cuando se descarta a los que no piensan como nosotros, cuando se mira al otro con desconfianza, cuando se mira al otro como enemigo, cuando no hay el Estado de Derecho, cuando la justicia en nuestro país y en nuestro Departamento está tan corrompida, cuando nuestras familias están sufriendo, nosotros como sacerdotes, nosotros como bautizados estamos llamados—como dice el Papa Francisco—a ser peregrinos de esperanza”, dijo. En ese sentido, invocó a mostrar al pueblo la razón y fundamento de la esperanza que se centra en los días santos, con la muerte y resurrección de Cristo. “Para que nuestra misión sea una realidad en medio del pueblo, ese Dios misericordioso nos concede su fe”, añadió.
Les recordó a los sacerdotes, que el día de la ordenación sacerdotal, recibieron la gracia y plenitud del Espíritu Santo que los hizo ministros de Dios y de la Iglesia.
Afirmó que la tarea de los sacerdotes y religiosas es acompañar al pueblo. “Nosotros ahora, como participantes de ese sacerdocio de Cristo, tenemos que ser testigos, testigos fieles, testigos creíbles de la presencia de Jesucristo”, afirmó.
En medio de “las realidades complicadas”, dijo que los sacerdotes no pueden enfrentar los desafíos de la vida de manera individual. “Tenemos que ser capaces de contar con la comunidad. Tenemos que ser capaces de contar con los hermanos que viven, que trabajan, que creen con nosotros en las parroquias; pero, sobre todo, con el otro hermano sacerdote”, afirmó.