Miles de personas acudieron en masa desde tempranas horas de ayer, domingo 3 de noviembre, al Cementerio General de Potosí, para visitar las tumbas y nichos de sus seres queridos, al haber concluido a celebración de Todos Santos, que comenzó desde el 31 de octubre con el recibimiento a las almitas de los angelitos, o de los niños fallecidos que son los primeros que llegan de acuerdo a la creencia popular.
De acuerdo con las costumbres, las familias potosinas, tras haber armado los altares o “tumbas” tumbas para recibir las almas de sus difuntos el 1 de noviembre, procedieron a desatar los altares, quemar la comida hasta que se vuelva cenizas y llevar las flores al cementerio, donde yacen los restos de sus seres queridos.
Por ello, en la ciudad de Potosí, las familias sí acudieron al camposanto esta jornada.
A diferencia de otras ciudades en la que Todos Santos se vive más que todo en el cementerio, en Potosí esta visita se al realiza el tercer día de noviembre para el “alma cacharpaya” o la despedida del alma. Junto a las flores, muchos acudieron con insumos de limpieza y adornos para las tumbas.
En algunos casos, les llevaron parte de la chicha para dejarla en las tumbas, junto a elementos ornamentales como las coronas, entre otros.