El diario El Mercurio de Chile, el de mayor circulación en ese país, destacó el libro Escape a los Andes, de los periodistas y autores bolivianos Raúl Peñaranda y Robert Brockmann, en una extensa nota. El libro llegará a Bolivia en los próximos meses.
El artículo hace un repaso sobre el contenido del libro y resalta que “el relato sobre la vida de Hochschild es minucioso y muy documentado”.
“El encuentro directo con el nazismo bastó para que Hochschild decidiera que debía ayudar a sus compatriotas judíos, a pesar de la distancia desde su hogar, en el altiplano boliviano, y los sucesos terribles que se desarrollaban en su tierra natal, Alemania. Esa lucha es la que cuenta “Escape a los Andes”, que lleva por subtítulo “La historia de Mauricio Hochschild, ‘el Schindler de Bolivia’”, dice la nota que suscribe Soledad Ramírez, que es Coordinadora de la Sección de Cultura de El Mercurio.
El libro fue editado por el Sello Aguilar, que pertenece al conglomerado Penguin Random House.
“La historia se centra en cómo influyó para que Bolivia mantuviera una política abierta para la inmigración judía desde Europa y la ayuda económica que siempre brindó a las organizaciones que ayudaron a traerlos. Finalmente, el libro cierra con los avatares que el empresario vivió en el país altiplánico en 1944, que lo llevaron a dejar Bolivia y no volver nunca más”.
El libro se distribuye con éxito en Chile, donde ocupa el primer lugar de libros de Historia de la editorial Penguin Random House. Ha sido comentado favorablemente en CNN Chile y otros ocho medios de comunicación y podcasts lo han destacado.
Escape a Los Andes relata cómo hizo Hochschild, que fue parte de los tres barones del estaño, junto con Patiño y Aramayo, para lograr que se abrieran las puertas de Bolivia a los judíos que eran perseguidos por el nazismo en los años 30 y 40. Unos 12.000 llegaron hasta el inicio de la Segunda Guerra (1939-1945) y otros 8.000 tras terminar la contienda.
Bolivia fue el país de las Américas, en 1939, que más judíos recibió excepto EEUU. Lo hizo sin exigir un trabajo previo ni que los refugiados tuvieran algún tipo de recursos.
Como afirma Leo Spitzer, un académico norteamericano nacido en Bolivia como parte de los refugiados que llegaron al país, señala que el número de judíos que llegaron es más “alto que las visas otorgadas por Canadá, Australia, Nueva Zelandia, Sudáfrica e India juntos”. Spitzer agrega que “Lo que hizo Bolivia fue magnífico y fuera de serie”.
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