El general del servicio pasivo, Tomás Peña y Lillo, se declaró en la clandestinidad, después de haber sido señalado por el Gobierno como el “principal buscado” por los hechos del 26 de junio en la plaza Murillo de La Paz.
Peña y Lillo dio su versión a Erbol sobre los hechos previos a la toma de la plaza Murillo, su reunión con el general Juan José Zúñiga, la falta de certeza sobre los planes del entonces comandante del Ejército y los rumores sobre su motivación.
“Se hablaba mucho de que el presidente Arce quería entregar el gobierno a Zúñiga”, dijo Peña y Lillo en una entrevista en el programa La Mañana en Directo de ERBOL.
Señaló que hace semanas ya se barajaba ese rumor, toda vez que era conocida la amistad entre Arce y Zúñiga; además, el Gobierno encaraba problemas con la falta de combustible y de dólares, además de la alza de precios.
Enfatizó que, en dos ocasiones, escuchó la versión de que se entregaría el gobierno a los militares o a civiles, bajo el amparo de las Fuerzas Armadas.
Aclaró que no escuchó esa versión de Zúñiga directamente, pero ratificó que puede ser una posibilidad.
La declaración de Peña y Lillo coincide con la de Ponciano Santos, dirigente "evista" de la Csutcb, quien indicó en Correo del Sur Radio que el gobierno de Arce tenía la intención de entregar el poder a una junta militar e incluso agregó que Zúñiga iba a ser el presidente.
¿Fue golpe?
El militar del servicio pasivo reveló que incluso, antes de la asonada, ya expresó sus dudas de que se trate de un “golpe de Estado”, tomando en cuenta la hora de la movilización militar y la cantidad de batallones involucrados.
Relató que ese día fueron convocados los dirigentes del servicio pasivo a reunirse con Zúñiga, pero enfatizó que en realidad no sabían con certeza cuál era el objetivo del jefe militar, quien insistía en tomar la plaza Murillo.
En la clandestinidad
Según el Gobierno, el general Peña y Lillo habría participado en la planeación de la asonada militar y hasta figuraba en el presunto gabinete del general Zúñiga como Ministro de Defensa.
Peña y Lillo negó esa versión de que habría planeado el movimiento del 26 de junio. Explicó que ahora ha decidido declararse en la clandestinidad, para no ser objeto de un “show”, donde los militares fueron presentados de forma indigna.
Tampoco el general Peña y Lillo aseguró que se haya tratado de un “autogolpe”, pero pidió que haya una investigación internacional que esclarezca lo ocurrido.
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