Perseverante y hábil en el manejo de información. Ambas cualidades le sirvieron al general Juan José Zúñiga Macías para ocupar el cargo de Comandante General del Ejército de Bolivia desde el 1 de noviembre de 2022 hasta este jueves, cuando comandó una insurrección militar en la plaza Murillo, toma que dejó una serie de preguntas en Bolivia.
Fue posesionado por el presidente Luis Arce en ese alto cargo sin ser el primero de su curso, a diferencia de lo que sucedió con sus antecesores, lo que en su momento despertó críticas contra el Gobierno desde esferasde la oposición.
Su cercanía al Movimiento Al Socialismo (MAS) y al “arcismo”, tras la pelea en el partido gobernante, no era un secreto.
Fuentes cercanas a círculos militares consultadas por CORREO DEL SUR manifestaron que Zúñiga no se distinguió por estar al mando de una unidad y en muchos momentos se caracterizó por mantener perfil bajo.
Eso sí, siempre trabajó en unidades de inteligencia del Ejército y en el procesamiento de información, lo que le permitió conocer a altas autoridades. “Les pasaba información, les pasaba mucha y muy buena información y ese fue el trampolín para que ascienda”, manifestó uno de los consultados.
NO FUE EL MEJOR ALUMNO
En determinados círculos consideraban que no tenía muchos méritos. En redes sociales recordaron que se ubicó detrás del puesto 40 en su clase, lo que en otros tiempos habría sido un obstáculo para su asunción.
“Era el número 48 de su promoción y eso es un hecho absolutamente anómalo. Se supone que se nombran a los comandantes, a los mejores, sino al mejor de cada promoción. La explicación es simplemente favoritismo político y que rompe la institucionalidad de la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas (LOFA) y la meritocracia que deben tener los comandantes (...) Ahí están las consecuencias (...), independiente de que le creamos que haya sido conectado con el propio Gobierno, con el propio Presidente o que haya sido una acción golpista”, declaró a este diario el diputado de Comunidad Ciudadana Saúl Lara.
En diciembre de 2022, Zúñiga respondió a los cuestionamientos de su ascenso y dijo que logró llegar a la comandancia rompiendo una lógica de castas y logias en la entidad castrense.
“No solamente es estudiar, entre comillas, hay aspectos más importantes, tal vez como la lealtad con tu patria”, dijo entonces. Sostuvo que otros comandantes como Jorge Mendieta o Williams Kaliman fueron los primeros de su curso, pero “traicionaron a su pueblo”. Ambos exjefes militares aludidos fueron sentenciados en el caso denominado “Golpe de Estado”.
En esa misma entrevista, Zúñiga declaró que fue considerado “peligroso”, humillado y castigado durante el gobierno de Jeanine Áñez.
Las fuentes consultadas por Correo del Sur Radio señalan que el general era de carácter fuerte en sus decisiones. “Tozudo”, “insistente” y “muy perseverante” fueron los adjetivos que le regalaron.
DESFALCO
Antes de asumir la Comandancia del Ejército, Zúñiga fue denunciado por un supuesto desfalco de 2,7 millones de bolivianos que estaban destinados al pago de los bonos Juancito Pinto, Dignidad y viáticos, durante su gestión en el Regimiento REIM-23 Max Toledo, entre 2012 y 2013.
La resolución final de este caso, emitida por la Dirección Jurídica del Ejército 136/13 del Comando General, impuso una sanción a Zúñiga de siete días de arresto. El sumario también estableció sanciones para 13 uniformados.