La selección boliviana de fútbol, dirigida por Antonio Carlos Zago, quedó eliminada de la Copa América 2024 tras sufrir una contundente derrota ante Uruguay (0-5). Este resultado, sumado a la caída inicial frente a Estados Unidos, confirmó la crisis que atraviesa el equipo altiplánico en el torneo continental.

El conjunto boliviano mostró serias deficiencias en todas sus líneas, evidenciando una fragilidad defensiva alarmante, un mediocampo sin ideas y un ataque inofensivo. Zago, quien llegó con la misión de renovar la selección y cortar una racha de diez años sin victorias en Copa América, no ha logrado encontrar la fórmula adecuada para hacer competitivo al equipo.

En ambos encuentros, el estratega brasileño apostó inicialmente por una línea de tres defensores, esquema que resultó ineficaz. Frente a Estados Unidos, Zago se vio obligado a modificar la formación en el segundo tiempo, optando por cuatro defensores. Sin embargo, ante Uruguay, insistió con el sistema de tres zagueros, decisión que resultó ineficaz.

La artillería uruguaya, liderada por Darwin Núñez, Maximiliano Pellistri y Nicolás de la Cruz, expuso las debilidades de la defensa boliviana. Los atacantes charrúas se convirtieron en una pesadilla constante para los defensores altiplánicos, quienes no encontraron respuestas para contener el asedio rival.

Esta eliminación prematura representa un duro golpe para las aspiraciones de Bolivia y pone en tela de juicio el proceso de renovación liderado por Zago. El técnico brasileño, que había generado expectativas con la inclusión de jóvenes talentos como Moisés Paniagua (quien finalmente no pudo participar por problemas de visado), Robson Matheus, Lucas Chávez y Yomar Rocha, enfrenta ahora un panorama complicado de cara al futuro.

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