Un tercio de los rusos no quiere tener hijos debido a la inestabilidad política y económica creada por la guerra en Ucrania, lo que ha provocado una crisis demográfica que no se recordaba desde 1999, cuando el presidente Vladímir Putin aún no había llegado al Kremlin.
“Debemos organizar y efectuar otra operación especial. Como la operación militar especial, una operación demográfica especial”, dijo Nina Ostanina, jefe del comité de Defensa de la Familia de la Duma o cámara de diputados, a la agencia RIA Nóvosti.
Rusia había logrado revertir durante varios años el envejecimiento y, por consiguiente, el descenso de su población que siguió a la caída de la Unión Soviética, pero el coronavirus primero y ahora la campaña militar en Ucrania han agudizado el problema de la caída de la natalidad.
Putin, que ha acusado a los países occidentales de fomentar la infertilidad al promover comportamientos morales no tradicionales, se ha encontrado con la horma de su zapato justo después de declarar 2024 el Año de la Familia.