El papa Francisco visitó por sorpresa el barrio de Pimavalle, en la periferia de Roma y habló con los párrocos de la zona, con graves problemas de marginalidad, y donde fue brutalmente asesinada la joven de 17 años Michelle Caruso, en un caso que conmocionó el país.
“Esta tarde (por ayer), poco después de las 16.00 horas, el papa Francisco se ha dirigido a la parroquia de Santa Maria della Salute, en Primavalle, donde ha sido recibido por el vicegerente de la diócesis de Roma, el párroco y el vicepárroco, para mantener un intercambio con los aproximadamente 35 sacerdotes del territorio de la prefectura. Al final, poco después de las 18 horas, regresó al Vaticano”, informó el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, en una nota.
En un comunicado del vicariato de Roma, el obispo auxiliar del sector occidental de la capital, Baldo Reina explicó que “fue un diálogo fraterno” y que “los temas tratados se referían a los desafíos pastorales con referencia también a los problemas de la zona. Una zona en la que el malestar juvenil y la exclusión social son evidentes, pero en la que viven muchas personas de buena voluntad”.