Dentro del recinto de la embajada de India en Kabul, 150 diplomáticos y ciudadanos indios esperan para dirigirse al aeropuerto y el nerviosismo va en aumento. Ante la verja del edificio, los talibanes esperan, armados con metralletas y lanzacohetes.
En realidad, los milicianos talibanes esperan fuera de la embajada para escoltar a los indios hasta el aeropuerto de Kabul, donde los espera un avión militar para evacuarlos.
Tras la llegada de los talibanes a Kabul, India --que apoyaba al anterior gobierno-- decidió cerrar la embajada en Afganistán.
Cuando el primer vehículo del convoy sale de la embajada, algunos de los combatientes saludan sonriendo a los pasajeros, entre los cuales se encuentra un corresponsal de la AFP.
Un cuarto de las 200 personas que se refugiaron en la embajada a la espera de ser evacuados lograron salir del país antes de la caída de Kabul.
"Cuando evacuábamos el segundo grupo, nos encontramos frente a los talibanes que no impidieron salir de la zona verde", el sector ultraprotegido de Kabul, cuenta un funcionario indio.
"Por esa razón decidimos contactar a los talibanes y solicitarles que escoltaran nuestro convoy", agregó.
Los talibanes dieron su acuerdo, pero tardaron en concretarlo, creando angustia entre la gente que se sentía "en detención domiciliaria", indicó un diplomático.
- "Ya era hora" -
Finalmente, durante la noche, la espera terminó y todos lo vehículos pudieron salir de la embajada para dirigirse al aeropuerto, a unos cinco kilómetros de distancia.
El convoy tardó cinco horas en recorrer la distancia debido a los numerosos retenes instalados por los talibanes y las miles de personas que se dirigían a pie al aeropuerto.
Cada tanto, los talibanes que escoltan el convoy bajan de sus vehículos para obligar a la gente a retroceder.
Uno de ellos, al parecer descontrolado, disparó al aire para dispersar a la gente concentrada en una esquina.
El convoy llegó al aeropuerto, los talibanes se fueron y los indios quedaron bajo escolta estadounidense.
Tras dos horas más de espera, los indios pudieron subir al avión indio de transporte miliar C-17, que despegó de Kabul rumbo a una base aérea india.
"¡Que felicidad estar de regreso!, dice a la AFP Shirin Pathare, un empleado de Air India al bajar del avión.
Un compatriota, con su hija de dos años en brazos, cuenta el caos y la inquietud del momento en que tuvo que abandonar precipitadamente su oficina.
"Unas horas antes de tomar el avión, un grupo de talibanes vino a mi oficina", explica el hombre que no quiso dar su nombre.
"Eran amables, pero cuando se fueron se llevaron dos coches y "ahí me di cuenta que para mí y mi familia era el momento de partir", dice.
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