El líder sandinista Daniel Ortega cumplió ayer 13 años consecutivos como presidente de Nicaragua, sin poder superar la crisis sociopolítica interna, que ha dejado cientos de muertos en protestas antigubernamentales, una economía en retroceso y una sociedad dividida.
Ayer también se cumplieron tres años del primer Gobierno nicaragüense constituido por un matrimonio, en este caso Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, quienes otorgaron puestos en el Ejecutivo a algunos de sus hijos.
Pero no necesariamente se trata de un aniversario feliz para la familia presidencial, ya que pronto se cumplirán dos años de la llamada "insurrección cívica" contra el matrimonio Ortega Murillo, que no encuentra salida a la peor crisis nicaragüense desde los años 1980 a 1990, bajo el primer Gobierno del sandinista.