Tras nueve meses de campaña electoral, unas elecciones internas en junio, la celebración de una primera vuelta de comicios presidenciales en octubre y la segunda ayer domingo, Uruguay sigue sin saber quién será su próximo mandatario, que suceda al actual, Tabaré Vázquez, en el período 2020-2025.
En este cuarto balotaje en la historia electoral de Uruguay desde su creación en la reforma de 1996, la igualdad fue la nota predominante, hasta el punto de que se cerró con un 1,2% de diferencia entre el candidato del Partido Nacional (PN, centroderecha), Luis Lacalle Pou, y el del Frente Amplio (FA, izquierda), Daniel Martínez.
Pese a que las encuestas previas daban una victoria clara para el aspirante nacionalista, las cifras sorprendentes alcanzadas por el candidato oficialista marcaron la noche electoral, señalada por la incertidumbre del resultado y por la cautela de los líderes políticos, que prefirieron guardar silencio ante la igualdad que arrojaban las proyecciones iniciales.
Nunca se resolvió una segunda vuelta por un margen tan estrecho, ya que la más apretada fue en 1999, cuando Jorge Batlle, del Partido Colorado (PC, centroderecha), apoyado por el Partido Nacional (PN, centroderecha), se impuso por 8 puntos (54-46) al Frente Amplio.
En esta ocasión, Lacalle derrotó a Martínez por 1,2 puntos, si bien la diferencia de votos entre ambos es inferior a la de los denominados 'observados', por lo que la Corte Electoral solo podrá hacer público el nombre del presidente electo el próximo viernes.
Si bien todo indica que Lacalle Pou será el vencedor definitivo de estas elecciones, la sorprendente remontada de Martínez fue el dato más relevante de la jornada electoral, pues todas las encuestas previas a la celebración de este balotaje marcaban una diferencia de entre 6 y 8 puntos para el nacionalista.
Unos 2,7 millones de ciudadanos estaban llamados ayer a las urnas en Uruguay para elegir al próximo mandatario por el período 2020-2025.