
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ordenó ayer la investigación de los daños causados por bombardeos sirios y rusos en instalaciones apoyadas por la ONU en la provincia de Idlib, en un paso muy criticado por Rusia, que lo calificó de "error" y de obstáculo para la paz.
"Creo que esta investigación puede producir un resultado importante", dijo Guterres en una comparecencia ante los medios acreditados en la ONU, en la que mostró su deseo de que "termine la situación dramática que está ocurriendo en Siria".
Las fuerzas leales al presidente sirio, Bachar al Asad, con el apoyo de Moscú, han incrementado sus operaciones en el noroeste de Siria desde finales de abril, en la zona desmilitarizada que acordaron Turquía y Rusia en septiembre del año pasado.
Además, el secretario general instó a "todas las partes a alcanzar un acuerdo para evitar nuevas formas de confrontación".