La exmandataria argentina Cristina Fernández (2007-2015) despejó ayer las incógnitas sobre su futuro político al anunciar su candidatura a la Vicepresidencia del país, con quien fue su jefe de gabinete, Alberto Fernández, como candidato a presidente, de cara a la elecciones de octubre de 2019.
En un vídeo de 12 minutos difundido por Twitter, en el que se oye su voz acompañada de diversas imágenes históricas, la actual senadora reconoce que los dirigentes deben dejar de lado "las ambiciones y las vanidades personales" y por eso se mostró dispuesta a aportar "desde el lugar que pueda ser más útil".
"Se va a tratar de tener que gobernar una Argentina otra vez en ruinas, con un pueblo otra vez empobrecido (...) está claro entonces que la coalición que gobierne deberá ser mucho más amplia que la que haya ganado las elecciones. Estoy convencida que este es el mejor aporte que puedo hacerle en mi país", remarca Fernández.
Con esta sorpresiva decisión de ser la segunda en la candidatura culmina un periodo en el que su figura ha sido crucial en los debates de estrategia política para los comicios, no solo dentro del peronismo que ella integra -por el rechazo que genera entre varios de sus referentes- sino también en el Gobierno de Mauricio Macri, que, según analistas, ve en la confrontación con 'Cristina' una ventaja electoral.
Para lograr "convocar a los más amplios sectores sociales y políticos y económicos, no solo para ganar una elección, sino para gobernar", la viuda del también expresidente Néstor Kirchner (2003-2007) propuso ser cabeza de cartel a Fernández, abogado de 60 años y jefe de su gabinete de ministros y el de su esposo entre 2003 y 2008.
El gran conflicto en 2008 del entonces recién estrenado Gobierno de Cristina con los empresarios del campo, tras la propuesta oficialista de aplicar una serie de impuestos al comercio de la soja, llevó a Alberto Fernández a presentar su renuncia.