PARÍS. El presidente francés, Emmanuel Macron, confirmó ayer que prevé bajar en unos 5.000 millones de euros el impuesto sobre la renta, al tiempo que pretende vincular las pensiones más bajas con la inflación, en respuesta a las protestas desatadas por el movimiento de los "chalecos amarillos".
Macron defendió la necesidad de "trabajar más" para compensar el descenso de impuestos y la reducción del gasto público que busca su Gobierno.