
El ejército sirio y sus aliados han avanzado posiciones frente a los extremistas en Al Quneitra y Deraa (sur), mientras los últimos rebeldes opositores comienzan a abandonar estas zonas en dirección a la provincia septentrional de Idleb.
El bombardeo continuado e "histérico", como lo describe el Observatorio Sirio de Derechos Humanos de la aviación siria y rusa contra las zonas que controla el grupo Ejército de Jaled bin Walid, (leal al grupo terrorista Estado Islámico, EI), ha permitido a las fuerzas leales a Damasco tomar varias localidades y puntos estratégicos.
La agencia oficial de noticias, SANA, informó de que el ejército sirio ha retomado el control de siete poblaciones y colinas, después de que este viernes reconquistara otra veintena de localidades.
En las últimas 48 horas, el Observatorio registró el lanzamiento de más de casi un millar de bombas y barriles explosivos, contra las localidades de Hit, Tasil, Saheb al Golan, Al Shayara y algunas otras.
La noche del viernes 20 al sábado 21, al menos, 32 personas -entre ellas 11 niños y tres mujeres- murieron en las poblaciones de Hit y Tasil, como consecuencia de estos ataques, según la ONG, que calificó lo ocurrido de "masacre".
Los continuos ataques, que se enmarcan en la ofensiva que Siria comenzó contra las provincias de Deraa y Al Quneitra con el apoyo de Rusia, están causando también grandes destrozos en viviendas e infraestructuras civiles, según la ONG.
"Si se fijan en cómo transcurre la operación antiterrorista en las provincias del sur, verán que allí conseguimos resultados principalmente gracias a negociaciones y sin recurrir a la fuerza. No descarto que en Idleb pueda ocurrir algo parecido", dijo, no obstante, hace dos días, el embajador ruso en Siria, Alexandr Kinschak.