
El fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, se disculpó ayer en la Eurocámara por la filtración a Cambridge Analytica, que pudo condicionar el referéndum británico y la victoria de Donald Trump, y admitió que "tomará tiempo hacer los cambios necesarios para salvaguardar" los datos de los usuarios.
"Ha quedado claro en los últimos años que no hemos hecho lo suficiente para evitar que las herramientas que hemos creado se utilicen también para causar daño", admitió el multimillonario de 34 años, en línea con su intervención en la cámara estadounidense, donde declaró por obligación legal, mientras que en este caso lo hizo de forma voluntaria.
El fundador de Facebook, aseguró que su compañía trabaja en herramientas de inteligencia artificial para garantizar una mayor "transparencia" a los usuarios, luchar contra las noticias falsas y evitar "interferencias" en los próximos comicios europeos.
Una cita no exenta de polémica, que iba a ser inicialmente a puerta cerrada, pero finalmente fue retransmitida públicamente por la presión de los grupos de la Izquierda Unitaria Europea, los Verdes, los Socialdemócratas y la Alianza de Liberales y Demócratas Europeos.
Tras rechazar la invitación del Parlamento británico, Zuckerberg acudió a su cita en Bruselas cambiando, como hizo en Washington, su habitual "uniforme" -camiseta gris y vaqueros- por un traje y corbata, y respondió a las preguntas de los políticos europeos.
Los parlamentarios plantearon sus dudas sobre cómo Facebook gestiona o filtra la veracidad de las publicaciones y se mostraron preocupados por el escándalo de la filtración ante los próximos comicios que se celebrarán en territorio europeo, entre ellos elecciones al Parlamento Europeo en mayo de 2019.
"No tuvimos una visión lo suficientemente amplia de nuestras responsabilidades. Eso fue un error, y lo siento", afirmó el empresario, al igual que hizo ante el Senado estadounidense.