Nació nulo, así que no pudo sobrevivir mucho tiempo. El cuestionado comité electoral, que estaba intentando llevar adelante, contra viento y marea, las elecciones en el Comité Cívico Potosinista (Comcipo) se deshizo la noche de este viernes, cuando la totalidad de sus integrantes decidieron renunciar frente a la fuerte presión que se había desatado en su contra.
Gabriel Guerrera, que había asumido la presidencia tras la renuncia del arquitecto Sebastián Jesús, fue el primer en comunicar la decisión que, según dijo, fue tomada por unanimidad por los seis miembros que todavía quedaban en el comité: Marcos Quispe Caba, Néstor Calle, Javier Choque Villca, Felipe Víctor Gabriel, Laureán Rosso Mamani, Antonio Fernández y él mismo.
Aunque dijeron que la razón de la renuncia era por precautelar la seguridad de sus familias, ya que habría recibido amenazas, responsabilizaron por lo sucedido a la presidenta de Comcipo, Roxana Graz, y hasta comentaron, con sarcasmo, que “seguramente permanecerá otros seis años”.
No obstante, el consejo consultivo de Comcipo ya decidió reiniciar el proceso electoral para renovar la directiva de Comcipo y, tras la renuncia del comité electoral, que había llegado a realizar acciones de perjuicio a la institución, ahora será posible encaminarlo.
Según los renunciantes, Graz los difamó al revelar detalles de su familia o anunciar procesos en su contra.
ILEGALIDADES
El proceso electoral que está quedando sin efecto, estuvo plagado de irregularidades, según se advierte en la carta de renuncia del expresidente de esa instancia, Sebastián Jesús.
Se presentaron tres frentes y todos tuvieron observaciones. Aun así, se habilitó a dos planchas, una afín al MAS y otra a la agrupación ciudadana del alcalde Jhonny Llally, el MCP, así que Jesús prefirió irse.
Luego se supo que la conformación del comité electoral fue nula desde el inicio porque uno de sus integrantes, Marcos Quispe Caba, es jefe departamental de ADN y eso va contra el estatuto de Comcipo que señala que sus dirigentes no deben tener militancia política. Por extensión, eso aplica a los integrantes del comité electoral.
Los seis exintegrantes llegaron al extremo de dirigir consejos consultivos, que no está entre sus atribuciones, y desarrollaron uno en la calle. Su insistencia por realizar las elecciones, contra viento y marea, motivó acusaciones de injerencia partidaria y configuró un cuadro de paralelismo que fue rechazado en varias instituciones. En la federación de la prensa, por ejemplo, sus afiliados motivaron a su directiva a que llame a una asamblea de emergencia que determinó no participar en las elecciones.
Hacer notar estas ilegalidades fue considerado por los exintegrantes como una campaña en su contra. A tiempo de renunciar, calificaron a los medios que lo hicieron como "prensa allegada a Roxana Graz". Horas antes, cuando no se les estaba grabando, llegaron al nivel de la calumnia al afirmar que la presidenta de Comcipo les había pagado para sus publicaciones.
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