
A lo largo de la historia de la humanidad, varias han sido las enfermedades que afectaron a la población y causaron miles de decesos en las poblaciones, pero eso es historia que no está en el recuerdo inmediato de las personas.
El mundo afronta una pandemia con graves consecuencias, con miles de fallecidos en varios países y miles de infectados. El antecedente más cercano que tenemos es la epidemia de la Influenza A H1N1, que causó una emergencia similar la década pasada, como recuerda el epidemiólogo José Alfredo Pareja, quien estuvo a cargo de la Unidad de Epidemiología del Servicio Departamental de Salud en ese entonces.
Sin embargo, para esa oportunidad, el mundo tenía varias ventajas, recuerda Pareja.
“Era una patología para la que nos fuimos preparando desde el 2004. Más o menos se tenía un conocimiento de que iba a haber un brote. Exactamente no se sabía la cepa, pero sabíamos que iba a haber una influenza que iba a ocasionar algún tipo de mortalidad, sobre todo en personas de alto riesgo. En ese entonces se identificó tres grupos de alto riesgo: personas adultas mayores, personas con patología de base y mujeres embarazadas”, dijo.
En ese entonces se elaboró estrategias de prevención enfocadas a este grupo de personas. En ese entonces la ventaja era que ya se contaba con planes de trabajo desde 2004 y, para cuando la Influenza A H1N1 golpeó con fuerza, ya había un plan de contingencia, antes durante y después.
A partir de 2004 se identificó áreas en los municipios para el manejo del paciente, de modo de que se evitara la transmisibilidad del virus en zonas dispersas donde no se podía hacer un buen seguimiento.
“El gran problema que ahora se está teniendo es que el COVID-19 ataca de forma muy aguda a la parte de las vías respiratorias. Es un virus que tiene cierta preferencia a las células ciliares, lo que provoca que se instaure entre los tres a cinco primeros días un proceso de neumonía y una insuficiencia respiratoria, cosa que no pasaba con la gripe”, explicó.
Actualmente, por ejemplo, no se tiene un tratamiento para combatir el COVID-19, mientras que para la A H1N1 se identificó dos antivirales con muy buenos resultados en el manejo de los pacientes diagnosticados precozmente, lo que evitó complicaciones.