Con la muerte de cuatro personas, la gestión 2019 cerró en 45 el total de decesos de trabajadores en los yacimientos mineros del Departamento de Potosí, de acuerdo con el informe que proporcionó el director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), Limbert Choque.
El último día del pasado año murieron tres mineros más y eran hermanos de sangre. La parca "dulce", así denominado al bochorno o gas venenoso, los durmió profundamente cuando extraían el metal en la mina 1ro. de Mayo dependiente de la Cooperativa Korimayo.
Los mineros de 34 y 27 años dejaron en la orfandad a menores de edad al cuidado de las viudas que aún lloran por la tragedia. La mina, que está en las faldas de la montaña que mata, el Cerro Rico de Potosí, terminó con la vida de José Antonio, de 19 años, hermano de los otros mineros muertos Ariel y Juan Carlos Garabito.
El más joven tenía una apariencia de alguien de 40 años por el trabajo que desarrollaba en el yacimiento minero. Los demás ya son simple imaginación.
Según el informe de la fuerza anticrimen, los tres hermanos entraron a trabajar el lunes 30 de diciembre pero no salieron más. Sus parejas pensaron que se habían quedado a ingerir alcohol en la mina. La esposa de Ariel, junto a otros familiares, fue en busca de su pareja. Al ver que no estaba fuera, entró a la mina furiosa para sacar a su pareja pero la desagradable sorpresa cambió su estado anímico. Al ver a su esposo y sus dos cuñados tirados en la bocamina sin vida, aterrada salió a pedir auxilio, de acuerdo con el informe policial.