Luis Enrique está más cerca de su ansiada final. Su Paris Saint Germain, que demostró estar un paso por delante del Arsenal, se llevó el triunfo en el Emirates Stadium gracias a un tanto de Ousmane Dembélé (0-1) y puede certificar en el Parque de los Príncipes su presencia en la segunda final de la Champions League de su historia.
Si Mikel Arteta quería un ambiente que nunca se hubiese visto en el Emirates Stadium lo consiguió. Sonó el “North London Forever” como nunca antes, hubo un vídeo motivacional del técnico español en los videomarcadores y dos tifos. Era la mejor noche en la historia de este estadio, pero el misticismo duró tres minutos.
Lo que tardó Dembélé en recibir a campo abierto, encontrar en banda a Kvaratskhelia y rematar el francés con la zurda el envío del georgiano. Fue un tanto que heló al Emirates durante unos segundos, lo que tardó en rugir de nuevo el estadio londinense, que años atrás se hubiera hundido, pero que ahora reacciona con otra cara ante los contratiempos.
La actitud estaba ahí, pero si no hubiese sido por las paradas de David Raya, que le sacó dos manos magníficas a Kvaratskhelia y a Doué, el Arsenal podría haber perdido la eliminatoria en media hora.