
Sonriente, en buen estado físico y con un discurso triunfador, a sus 38 años, el futbolista español Sergio Ramos vivió este domingo su presentación como refuerzo del Monterrey del fútbol mexicano.
“Monterrey me ofrecía ese equilibrio que venía buscando”, expresó Ramos en conferencia de prensa. “Nos llamó mucho la atención su ambición por ser el mejor equipo de toda América, también la posibilidad de jugar Apertura, Clausura, la Concacaf y el Mundial de Clubes”.
Las expectativas personales de Ramos junto con su esposa Pilar Rubio y sus cuatro hijos también se encuentran cubiertas. “La ciudad es muy estable, se vive muy bien”, dijo.
En cuanto a su compromiso como jugador de los Rayados, Ramos ofreció “transmitirles a los compañeros mi experiencia y liderazgo en momentos puntuales cuando más presión se tiene”.
Si bien logró los máximos títulos a los que un futbolista puede aspirar, aseguró que “soy una persona que nunca se cansa de ganar. En el fútbol no se vive del pasado, vengo a intentar conquistar títulos nuevos”.
Sobre las condiciones que espera encontrar en el balompié mexicano, Ramos apuntó: “Me han hablado de que es una liga físicamente fuerte, que quizá no tiene el ritmo ni la misma intensidad que en Europa, esperemos que sea una liga entretenida y competitiva donde podamos disfrutar”.
Ramos asumió el reto de guiar a los Rayados a terminar con el dominio del América y de los Tigres, su archirrival en la ciudad: “Va siendo hora de que las Copas cambien de vitrinas”.