
El español Carlos Sainz (Ferrari) ganó este domingo el Gran Premio de Australia, el tercero del Mundial de Fórmula Uno, que se disputó en el circuito Albert Park de Melbourne, donde firmó, apenas dos semanas después de haber sido operado de urgencia de una apendicitis, una victoria épica: la tercera de su carrera en la categoría reina.
Sainz, de 29 años, ganó de forma brillante una carrera que su compañero, el monegasco Charles Leclerc, acabó segundo; y el inglés Lando Norris (McLaren) tercero. El neerlandés Max Verstappen (Red Bull), que sigue liderando el Mundial, abandonó por una avería de frenos, tras la quinta de las 58 vueltas que se dieron este domingo a la pista australiana.
“La vida puede ser una auténtica montaña rusa, pero es maravillosa”, exclamó el talentoso piloto madrileño nada más bajarse del coche y antes de hacer sonar el himno español en Australia. Resumiendo a la perfección su situación personal. En una temporada que comenzó –después de que Ferrari anunciase que el año que viene prescindirá de sus servicios–, con un gran tercer puesto en Baréin, una semana antes de sufrir el duro contratiempo de una apendicitis que le sobrevino, además, justo antes del viaje más largo del año.
Con enorme resiliencia y rebosando una maestría adquirida tras un constante aprendizaje a lo largo de los años. De esa forma resolvió sus problemas en “Down Under” un sobresaliente Sainz, que, aunque se aprovechó de la retirada de Verstappen, ya había adelantado al súper depredador neerlandés en pista. Y que, con gran ritmo en carrera, dejó entrever que este domingo hubiese optado al triunfo en cualquiera de los casos.
Leclerc se unió a la fiesta ferrarista con la vuelta rápida en carrera y ahora es segundo en el Mundial, a cuatro puntos de los 51 con los que lidera “Mad Max”. Con uno de ventaja respecto a “Checo” Pérez y con siete sobre Carlos, que, con una prueba menos, ocupa la cuarta plaza del certamen.