
Real Potosí no existía antes de Samuel Blanco. La academia de fútbol que llevó ese nombre fue creada por el famoso español, que murió este año luego de una larga enfermedad. Llegó a la primera división del fútbol boliviano, cuando todavía se denominaba Liga del Fútbol Profesional Boliviano, gracias a su capacidad negociadora. Compró el club Bamin, que estaba al borde del descenso en la asociación potosina, y no solo lo sacó de su debacle, sino que llegó a lo más alto de la división "B". Salió campeón de la copa Simón Bolívar y, así, llegó a lo más alto del fútbol boliviano. Todo lo hizo Samuel Blanco. Tras su muerte, el equipo que inmortalizó siguió el destino de su creador porque, luego de una larga enfermedad que muchos llamarían ineficiencia, descendió de la primera división.
El descenso de Real Potosí fue como una de las novelas de García Márquez, una "Crónica de una muerte anunciada". El equipo llegó a lo más alto del fútbol boliviano en 2007, cuando se coronó campeón de la liga. Fue el cenit de un recorrido celestial plagado de escollos, porque debió enfrentar a una estructura en la que los títulos eran repartidos, casi como por turno, entre los denominados "grandes" del fútbol. Para llegar a la cúspide, Real Potosí no solo tuvo que sumar los puntos necesarios en cancha, sino que su presidente, Samuel Blanco, debió batallar contra la denominada "mafia del fútbol", la misma que sería desbaratada en 2015, cuando el mismísimo FBI y otras organizaciones anti-crimen desbarataron el aparato que funcionaba al interior de la FIFA para arreglar los resultados de los partidos oficiales de fútbol.
Para Blanco, cuya salud ya le paaba factura aquel año, fue la meta alcanzada y, a partir de entonces, le dedicó más atención a su salud que a los vaivenes del fútbol. Cuando su médico le diagnosticó enfizema pulmonar, y le recomendó dejar Potosí, porque la escasez de oxígeno, motivada por la altitud, podría perjudicarle, no se esforzó demasiado en encontrar a su reemplazante. Se fue, dejando la presidencia a Eduardo Salamanca. Hoy, cuando Real Potosí ha descendido luego de más de 20 años se presencia continua en la primera división boliviana, existe unanimidad al decir que esa decisiòn fue un error.
La capacidad dirigencial de Blanco no pudo ser igualada por ninguno de sus sucesores, que fueron varios. El presidente vitalicio tenía visión, tanta que llegó a comprar las fichas de varios jugadores, pero, especialmente, era quien cubría los baches económicos que dejaba el manejo de un club que debvía someterse a las fluctuaciones, y caprichos, del fútbol profesional boliviano. Si faltaba dinero, él lo ponía de su bolsillo. Todos los premios económicos que ganó Real Potosí fueron empleados en el pago de deudas y el cumplimiento en el pago de planillas. Quien piense que Blanco se benefició con los premios, tendrá que recordar cómo murió, casi solo y con dificultades económicas.
Samuel Blanco Blanco llevó a Real Potosí a lo más alto, porque no solo le dio un campeonato, sino que marcó hitos en la historia del fútbol potosino, con clasificaciones a las copas Libertadores y Sudamericana. Gracias a eso, el estadio oficial de Potosí, el hoy "Víctor Agustín Ugarte", fue sometido a constantes intervenciones y está homologado por la FIFA. Sus sucesores, en cambio, lo llevaron hasta lo más bajo, el descenso, algo que de lo que don Samuel siempre había advertido. "Hay que cuidar la asistencia a los partidos", decía, pero, para eso, los partidos debían ser atractivos. Como sus sucesores no dieron la talla para cubrir su ausencia, la calidad del equipo comenzó a disminuir desde que él se fue de Potosí.
Parecía que la salud de Samuel Blanco estaba ligada al bienestar del equipo. A medida que el español decaía, el club bajaba. Finalmente, el mítico creador del fenómeno Real Potosí murió a principios de octubre de 2021 y su creación no pudo sobrevivirle más de tres meses. Hoy descendió y nada asegura que pueda recuperar la plaza perdida.
Se desmorona un hito del deporte potosino y, por ello, nada será igual a partir de ahora.
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