
Alemania y Francia empataron a cero en el primer partido de la Liga de Naciones, en un duelo en el que los dos porteros, Manuel Neuer y Alphonse Areola, evitaron que el encuentro concluyese con goles.
Los dos equipos salieron al campo con una disposición extremadamente prudente, para evitar que el contrario tuviera espacios para organizar jugadas de ataque y concentrados en no cometer errores.
Francia mostró una formación y un planteamiento que se había visto durante el Mundial, dejándole la iniciativa al contrario y alternando fases de trabajo predominante defensivo, esperando posibilidades de contragolpe, con las que intentaba presionar en la mitad contraria.
Alemania, tal vez un poco a su pesar, tenía claras ventajas en la posesión de balón pero arriesgaba poco lo que no era una sorpresa ya que el seleccionador, Joachim Löw, había anunciado que la prioridad era mejorar el trabajo defensivo tras la catástrofe vivida durante el Mundial.