El británico Lewis Hamilton (Mercedes) desafió la lógica en el Gran Premio de Alemania y, con una remontada desde la decimocuarta posición, se aupó al liderato en el Campeonato del Mundo de Fórmula Uno.
Cuando la carrera parecía encaminada hacia un nuevo triunfo de Sebastian Vettel -su principal rival por el título-, la lluvia irrumpió en escena y dinamitó todas las opciones de éxito del piloto de Ferrari. Sus ilusiones golpearon contra un cartelón publicitario, en una fatídica vuelta 52.
Vettel había gobernado hasta entonces la undécima prueba del calendario, pero un error de conducción le apartó del triunfo y del primer puesto de la clasificación mundialista.
Con el asfalto resbaladizo y en un momento de confusión en el que algunos de sus rivales se apresuraron a montar neumáticos intermedios, 'Seb' perdió el control de su Ferrari. "Tenía el ritmo y el control", confesó en la zona mixta del circuito de Hockenheim, "pero tiré la carrera". "Cometí un error", lamentó.