Francia se puso el traje de Uruguay y le atizó con su misma medicina, fútbol rocoso y duro, para ganar y despachar a su casa a Uruguay. Con goles de Raphael Varane y de Antoine Griezmann los franceses alcanzaron las semifinales del Mundial de Rusia.
Durante toda la semana se debatió si Griezmann, amante de la cultura charrúa, era medio uruguayo o francés. Luis Suárez sentenció que era galo, que no tenía nada que ver con su país, y esas declaraciones se volvieron contra él con una "bofetada" a su equipo.
En los 90 minutos que duró el duelo, no solo Griezmann fue medio uruguayo, lo fue toda la selección francesa, que practicó un fútbol muy charrúa para acabar con el equipo de Tabárez. Trabó el partido constantemente, marcó un gol balón parado, otro de casualidad y consiguió su objetivo: pasar a la penúltima ronda del Mundial.