El “Camp Nou” vivirá hoy el clásico menos clásico de los últimos tiempos, con un Barcelona que ya se aseguró el doblete (Liga y Copa del Rey) y un Real Madrid que fiará su temporada a la cita con la historia en la final de la Liga de Campeones, en busca de su tercera consecutiva, ante el Liverpool.
El último gran clásico de Andrés Iniesta, que ya anunció su marcha de Barcelona, será el principal argumento. El manchego arrastra problemas musculares en el sóleo, pero ya participó en el entrenamiento del viernes y todo apunta que jugará de inicio.
Pero más allá de todo eso y de la estéril polémica sobre si Real Madrid tiene que hacer o no el pasillo al flamante campeón, está el orgullo por derrotar al gran rival. La diferencia entre ambos equipos es muy amplia (86-71) y en el partido de la primera vuelta, Barza pasó por encima de Real (0-3).
Aquel triunfo sentenció a su gran rival en Liga y sirvió para borrar el mal sabor de boca que le dejó a Ernesto Valverde su estreno oficial en el banquillo de Barza. Fue en la Supercopa de España, Neymar se acababa de ir, y los madridistas jugaron con una marcha más para firmar dos claras victorias, 1-3 en Barcelona y 2-0 en el "Bernabéu".