Real Madrid, con una imagen triste, insegura, llena de altibajos y con una falta de juego e ideas alarmante, ganó por 3-2 al Málaga con un tanto de Cristiano Ronaldo tras recoger el rechace de un penalti que sirvió para espantar fantasmas y otro mal resultado con el que habría tirado la liga definitivamente a la basura.
Los hombres de Zidane reiniciaron su extraña andadura en el torneo de la regularidad tras recuperar sensaciones que parecían perdidas hace tiempo con una victoria contundente (0-6) en el estadio del APOEL y en su competición fetiche, la Liga de Campeones.
Pero la Liga es otra historia, y más esta temporada en un club que vive intranquilo en su estadio después de varios pinchazos inesperados que, junto a otros resultados a domicilio, le colocaron antes del inicio de la jornada a diez puntos del Barcelona.
Zidane decidió invertir en descanso para Luka Modric, a quien dejó en el banquillo para dar salida a Lucas Vázquez.