Perú empató ayer sin goles en un flojo encuentro con Nueva Zelanda en el partido de ida de la repesca del Mundial de Rusia 2018, un partido en el que fue mejor, pero que dejó en evidencia su incapacidad para definir ante un equipo oceánico que ofreció bien poco pero inquietó sobre el final.
Todo tendrá ahora que definirse en Lima el miércoles 15, cuando los peruanos deberán superar la presión de saberse favoritos y jugar en casa para poder lograr el sueño de regresar a un Mundial de fútbol, a donde no llegan desde 1982.
El partido, jugado con intensidad, fue pobre en ocasiones, con unos jugadores locales limitados en sus opciones que solo inquietaron hacia el final del partido y unos peruanos hábiles y bien plantados en el medio campo, pero muy poco contundentes en los últimos metros y nulos de cara al gol.
El plan de juego no sorprendió desde el arranque: Nueva Zelanda con patadón y una aguerrida presión defensiva y Perú con el control de la pelota, con pase y triangulación.