
La Premier League volvió a ser la competición que más gastó (195 millones de euros) y el París Saint Germain fue el gran agitador, con las millonarias incorporaciones del alemán Julian Draxler y Gonzalo Guedes, pero el cierre del mercado invernal europeo no ha acabado con la "amenaza china", que ya saltó la banca con el brasileño Óscar y tiene hasta el 28 de febrero para seguir incorporando estrellas.
El fútbol chino, que el 28 de diciembre convirtió al argentino Carlos Tévez en el jugador mejor pagado del mundo, volvió romper el mercado con la incorporación del brasileño Óscar (Chelsea) al Shangai SIPG, que dirige el portugués André Villas Boas, a cambio de 60 millones de euros.
Tras Óscar, los fichajes del también brasileño Pato (Villarreal), reclamado por Fabio Cannavaro para el Tianjin Quanjian por 18 millones, o del nigeriano Odion Ighalo (Watford) por el Changchun Yatai (23,3 millones) demuestran que la Superliga china está dispuesta a competir con Europa. Y aún tiene un mes para apurar su mercado.