
El británico Andy Murray se olvidó de sus dolores en el tobillo y evitó la sorpresa al batir al estadounidense Sam Querrey, el hombre que derrotó al serbio Novak Djokovic en el último Wimbledon, por 6-4, 6-2 y 6-4, para colocarse en los octavos de final del Abierto de Australia.
"Me he sentido mejor cuando más avanzaba el encuentro, en cuanto a movimientos se refiere", dijo Murray sobre la torcedura que sufrió en el encuentro anterior.
El británico comenzó algo asustado el encuentro en la Hisense Arena, la tercera en importancia del complejo de Melbourne Park, porque el dolor persistía y sus movimientos eran lentos, pero todas sus dudas se disiparon durante la lucha.
"Estaba un poco titubeante al principio, y un poco dolorido pero al final me estaba moviendo bien, así que fue muy positivo", señaló el británico que busca su primer título en Melbourne después de cinco tentativas falladas.