
El Eibar puntuó por primera vez en su historia en el Santiago Bernabéu, empujando al Real Madrid a una crisis de resultados con cuatro empates consecutivos, tres de ellos en La Liga que provocan que ceda el liderato, sin el físico necesario para acabar agarrado a la épica y sin recursos para cambiar el 1-1.
Un gran Eibar, perfecto en lo táctico, con orden y descaro, salió con aire victorioso del Santiago Bernabéu ante un Real Madrid que ya no puede ocultar sus problemas. Añorando la figura de Luka Modric y el equilibrio de Casemiro, se adentra en su primer momento crítico de la temporada.
La racha irregular en la que entraba el Real Madrid con tres empates consecutivos, exigía una reacción inmediata. Zidane pedía contundencia ofensiva, sin ser crítico con una debilidad defensiva que comienza a ser evidente. Su equipo debía responder a la ausencia de tres jugadores claves.
El arranque del Real Madrid se redujo al ímpetu de Bale en banda derecha. Encontró pasillo para explotar su punta de velocidad y su primer aviso acabó en el lateral de la red. El Eibar plantaba cara con personalidad. Una buena disposición y sin ningún complejo para adelantar líneas con presión alta. Se alió con la debilidad de la zaga rival para dar la sorpresa a los seis minutos.
El centro convertido en regalo de Pedro León encontró el desajuste de marcas y el salto en falso de Pepe antes de que Fran Rico conectase un testarazo que también cogió descolocado a Keylor Navas.
Una vez más le tocaba al Real Madrid jugar con premura, buscar el gol por encima de la belleza en el juego. Atacaba únicamente por derecha hasta que Cristiano apareció para dar un centro a Bale, cabeceó la pelota al segundo palo para igualar 1-1.