
Un empate sin goles frenó al Atlético de Madrid en la carrera en el grupo C hacia los octavos de final de la Liga de Campeones, atascado en su visita al Astana, cuya intensidad minimizó el primer tiempo al equipo rojiblanco, lejos de su mejor nivel ofensivo y con dos palos en sus cinco ocasiones.
La victoria habría abierto un camino más claro hacia la siguiente ronda, pero la igualada mantiene al conjunto madrileño en una situación incierta a falta de dos jornadas, las que le enfrentará con el Galatasaray, en casa, y el Benfica, fuera, tras un 0-0 que sólo pudo ser algo más para el Atlético en el tramo final, más por ambición y constancia sobre el área contraria que por oportunidades.
Porque se encontró con un primer tiempo muy incómodo. Más allá del césped sintético, del alivio contra la sensación de frío del techo retráctil y del sistema de calefacción del Astana Arana, que elevó la temperatura hasta los 10 grados.