Todos Santos y el Día de los Difuntos se viven en Potosí, este año con una mayor participación de la ciudadanía en las actividades costumbristas, a diferencia de las dos gestiones pasadas en las que se aplicó medidas ante la emergencia sanitaria por el coronavirus.
La ciudadanía se volcó a las ferias y mercados con antelación para realizar la compra de elementos tradicionales para el armado de las tumbas, además del preparado de la “fruta seca” o las masitas de diversa variedad para invitar a quienes visiten a las familias que honran a sus seres queridos erigiendo tumbas o altares en domicilios y salones.
El presidente de la Sociedad Geográfica y de Historia “Potosí”, Cristóbal Corso Cruz, destacó que estas fiestas originalmente se denominaba el “Día de los Difuntos. “Cuando llegaron los españoles, aquí encontraron ya toda esa fiesta de poder desenterrar a los muertos; en los pueblos precolombinos desenterraban a las calaveras y hablaban con ellos y pensaban que estaban escuchándoles”, afirmó.
Con la llegada de los españoles y la introducción de tintes religiosos, esta fiesta se denominó “Todos Santos” para honrar a todos los santos de la Iglesia Católica.
Sin embargo, Corso Cruz destacó que en estas fiestas permanece la creencia de un viaje al infinito. “La vida del ser humano terrenal es de paso. Piensan que el alma está viva y le acompañan. Arman una tumba con escaleras para que suban al cielo, arman con palomas para que les lleven al cielo, caballos, le ponen agua para los viajeros porque piensan que el alma llega y luego va a retornar. Esa es la creencia”, dijo.
Por ello, a las 12:00 de este 1 de noviembre, se cree que llega el alma, debe ser esperada con canciones alegres, con la comida que en vida le gustaban además de bebida y alegría, porque el alma del ser querido fallecido llega.
El acompañamiento es de dos días. Por ejemplo, en Tupiza, hay cánticos tradicionales. En el caso de soldados excombatientes, las familias suelen esperar con “Boleros de Caballería”. Asimismo, los niños que van a rezar a las tumbas, son tradicionales.
“Las costumbres en Potosí aún perduran y permanecen”, complementó.
Al tercer día se realiza la despedida del alma, con bailes y en los casos en los que el luto cumple un año, las familias desarrollan diferentes ritos para esta ocasión.
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