La festividad de Todos los Santos, que en Potosí se prolonga por tres días, ha terminado dejando los recuerdos de sus juegos y festejos.
Y es que, en Potosí, esta festividad no está asociada con la muerte, sino con el tránsito a una nueva etapa.
El último día es el de la "almacacharpaya", voz quechua que quiere decir "soltar el alma". Se trata de la despedida a la difunta o al difunto cuyos espíritus volvieron a la tierra a visitar a su familia.
Esta tradición se caracteriza por el juego con arroz inflado, que en Bolivia es conocido como "crespete".
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