
Un muerto y una vivienda saqueada. Ese es el saldo de los sucesos que tuvieron lugar en Betanzos entre el 11 y 12 de noviembre, tras la llegada de un grupo de comunarios del área dispersa a esa capital de provincia y los posteriores enfrentamientos con fuerzas combinadas del Ejército y la Policía.
El saldo final de esos hechos es el resultado del trabajo de cobertura que de este diario. Desde que comenzamos a recibir los reportes de los sucesos de Betanzos, una andanada de informes llegaron hasta nuestra redacción, muchos de ellos adjuntando fotografías y videos que mostraban cómo, en apariencia, grupos de personas recorrían el lugar causando pánico.
La primera información alarmante fue el reporte de que la Estación Policia Integral (EPI) había sido incendiada. Las alarmas que llegaban desde el lugar estaban acompañadas de videos en los que se veía fuego envolviendo esa infraestructura; no obstante, la información oficial recogida por El Potosí desmentía el extremo y este sábado, al visitar el edificio, se confirmó que este sufrió daños, como la rotura de vidrios, pero no fue incendiado. Lo que se verificó fueron rastros de hasta dos fogatas en las que fueron quemadas llantas de regular tamaño pero tampoco había señas de vandalismo. Resultó obvio que el fuego de estas fogatas, visto de lejos, dio la impresión de que la EPI había sido quemada.
Lo que sí se confirmó de los sucesos de la noche del lunes 11 de noviembre es que la casa de los padres de la candidata a diputada uninominal de Comunidad Ciudadana, Janeth Chipana, fue atacada por un grupo de personas que ella misma estimó entre 100 a 150. Relató que, cuando se produjo el ataque, ella y las otras personas que estaban en la vivienda se asustaron y salieron por la puerta de la construcción nueva y fueron a refugiarse en otra vivienda.