
El presidente Luis Arce pidió ayer ante Naciones Unidas un “cambio radical” para dar respuesta a la crisis global del agua y rindió tributo a la lucha de los bolivianos para garantizar que este recurso natural no se convierta “en una mercancía más”.
Arce, que viajó a Nueva York para participar en la Conferencia del Agua de la ONU, fue el encargado de abrir las intervenciones nacionales en esta cumbre en la que intervienen países de todo el mundo.
El Presidente recordó que la Constitución boliviana reconoce el agua como “derecho fundamentalísimo para la vida”.
“Este reconocimiento constitucional es fruto de la lucha del pueblo boliviano, que en el año 2000 se movilizó en la llamada Guerra del Agua, logrando por primera vez en la historia que se prioricen los derechos de los pueblos por encima de intereses de las empresas privadas”, apuntó.
En ese marco, Arce subrayó que el agua es “un elemento indispensable no solamente para la vida de los seres humanos, sino también para la subsistencia de nuestra Madre Tierra” y consideró que “sin un cambio radical del rumbo que seguimos, producto de una crisis multidimensional del capitalismo, la humanidad y el planeta están amenazados de muerte”.
“Debemos hacer la transición a un sistema económico más sustentable y equitativo que valore la salud a largo plazo de la Madre Tierra y de las personas por encima de la ganancia o el lucro”, dijo el jefe de Estado, que recordó que la mayor carga de la crisis del agua recae sobre todo con las comunidades vulnerables.