Por paradójico que parezca, la Policía y el personal de salud, que son los encargados de brindar protección a la ciudadanía, más aún en tiempos de coronavirus, siguen siendo blanco de ataques por parte de algunos pobladores, principalmente en zonas donde existen movilizaciones con demandas que mezclan la situación de la cuarentena con pedidos de carácter político como la renuncia de autoridades y la realización de las elecciones nacionales.
En ese contexto, los que visten de verde olivo y los de ‘batas’ blancas vienen siendo objeto de ataques como el ocurrido anoche en Mairana, de donde los policías debieron retirarse luego de recibir agresiones y que el puesto policial sufriera destrozos.
El comandante de la provincia Florida, subteniente Alejandro Leaños, señaló que estaba realizando un reporte para dirigirlo al comando departamental. Mientras tanto, los médicos del hospital de Mairana tuvieron que dar de alta a los pacientes y ponerse a buen recaudo ante las amenazas de los pobladores, que luego de causar destrozos en el puesto policial, irían hasta el nosocomio.
Mairana se suma a Yapacaní como segundo municipio en Santa Cruz que está sin policías.
Ambos municipios tienen antecedentes de que en reiteradas ocasiones han agredido a la Policía, obligándola a replegarse; la última vez, entre octubre y noviembre del año pasado durante los 21 días de paro cívico, ambas poblaciones se convirtieron en puntos de bloqueos.
Desde el 30 de abril, cuando en Yapacaní la Policía fue agredida y saqueada, las autoridades piden su retorno, pero para ello se requieren, además de compromisos, la identificación y entrega de los agresores y de los vehículos que estaban retenidos por la cuarentena y que fueron saqueados.
Lo propio sucede en Eucalipto, municipio de Oruro, donde desde hace más de una semana no hay policías, ni médicos. La Policía y autoridades del lugar han entrado en tratativas para la firma de un acuerdo con bloqueadores para el retorno de la institución.
La Defensora del Pueblo, Nadia Cruz, señaló que esa instancia está haciendo seguimiento a cada uno de los casos de ataques a los médicos. “Estamos trabajando en todos estos municipios en la concienciación y sensibilización con los pobladores. La OMS y OPS señalan que los Estados son los que deben garantizar el trabajo de los médicos”, indicó.
Los otros municipios donde se han dado agresiones son la capital paceña, El Alto y Caranavi en el departamento de La Paz; la capital cochabambina (zona K’ara K’ara) y Quillacollo; además de Rurrenabaque en Beni.
En Cochabamba, el comando departamental informó que pese a las dificultades y a los hechos violentos registrados principalmente en la zona de Chapare desde el inicio de la cuarentena, existe presencia policial en todos los municipios.
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