Los tres miembros de una familia boliviana, que estaban desaparecidos desde diciembre de 2018, fueron encontrados descuartizados el martes 8 de enero en la noche en una vivienda del estado Itaquaquecetuba en Sao Paulo (Brasil).
El principal sospechoso del crimen, Gustavo Vargas Arias, trabajaba con las víctimas, según información publicada en el periódico brasileño Estado de San Pablo.
Las víctimas fueron identificadas como Jesús Reynaldo Condori Sanizo, de 39 años de edad, su esposa Irma Morante Sanizo, de 38, y su hijo Gian Abner de ocho.
La familia boliviana tenía una pequeña empresa de confección de prendas de vestir, situada en el centro de San Pablo y se reportó de su desaparición el 23 de diciembre de 2018.
Sus parientes hicieron campañas de búsqueda en las redes sociales hasta que finalmente la Policía encontró los restos de las víctimas en el baño de una vivienda alquilada por el presunto autor.
Se conoce que los cuerpos descuartizados estaban dentro de bolsas plásticas de basura distribuidos en tres maletas.
Gladys Morante, hermana de Irma, aseguró en Bolivia, que el hecho ocurrió por un tema económico porque la pareja tenía más de 40.000 dólares en su casa.
De acuerdo con el delegado del Distrito Policial de Itaquaquecetuba, Eliardo Amoroso Jordán, el sospechoso del asesinato es cuñado de Morante y llegó a Brasil para trabajar con la familia en el mismo negocio de confección, pero luego tuvieron problemas financieros.