120
MUERTOS dejaron los hechos de violencia registrados al interior de las cárceles de Brasil las últimas semanas, lo cual preocupa a los guardias.
Agentes penitenciarios del estado de Río de Janeiro iniciaron ayer una huelga que se prolongará, al menos, hasta el lunes 23, en medio de una las peores crisis de la historia carcelaria de Brasil que ha dejado más de 120 presos muertos desde que comenzó el año.
El paro implica suspender visitas a presos y recibir nuevos detenidos. Y solo se ofrecerán los servicios esenciales de alimentación, emergencia médica y el trámite de permisos de libertad, dijo el Sindicato de los Servidores del Sistema Penal de Río de Janeiro en una asamblea.
Los funcionarios exigen el pago del salario de diciembre y denuncian las malas condiciones en las que se encuentran los penales estatales y sus alrededores.
"Esperamos que el Gobierno se sensibilice con nuestra situación. Estamos sin salario y sin condiciones de trabajo", afirmó el presidente del citado sindicato, Gutemberg de Oliveira.
De Oliveira puso como ejemplo la situación en la que trabajan sus colegas de la cárcel de Japeri, municipio de la región metropolitana de Río de Janeiro, donde "los agentes son asaltados y hasta revisados" por supuestos criminales en los alrededores del penal.