La Justicia argentina concedió este martes el beneficio de la cárcel domiciliaria a la expresidenta Cristina Fernández (2007-2015), condenada a seis años de prisión, y dejó sin efecto su comparecencia ante el tribunal, lo que significa que la líder peronista ya está presa y que entró en vigor la condena. Según el diario español El País, Fernández deberá usar tobillera electrónica.
Pese a los esfuerzos de la defensa por evitarlo, Cristina deberá llevar una tobillera electrónica que dé cuenta de sus movimientos. Así lo establecieron los jueces en el fallo en el que le otorgó el beneficio de la prisión domiciliaria, narra ese periódico.
El juez Jorge Gorini, a cargo de la ejecución de la sentencia, otorgó a Fernández, de 72 años, el cumplimiento de la condena en su domicilio del barrio capitalino de Constitución. La pena la cumplirá en su departamento en el barrio de Constitución, Buenos Aires, detalla el documento judicial, y le ordena “abstenerse de adoptar comportamientos que puedan perturbar la tranquilidad del vecindario y/o alterar la convivencia pacífica de sus habitantes”. En las puertas de su casa, la presencia de seguidores es permanente desde hace una semana pese a las bajas temperaturas y las paredes del edificio donde reside están tapizadas de cartas y mensajes de apoyo. Según la resolución, la prisión domiciliaria tiene vigencia desde este mismo martes y Fernández no tendrá que comparecer en persona en los tribunales, cuando tenía previsto hacerlo este miércoles.